La nefrectomía parcial robótica es la cirugía más avanzada para el tratamiento de cáncer de riñón y es actualmente la técnica de elección en los principales centros quirúrgicos a nivel mundial.
La nefrectomía parcial robótica permite extirpar tumores de hasta 7 centímetros.
Este tumor supone el 90-95 por ciento de los tumores renales malignos del adulto y representa solo el tres por ciento de la totalidad de los tumores malignos. Se trata de una patología poco común, pero muy agresiva, y hasta tres veces más frecuente en hombres que en mujeres, manifestándose a partir de los 50 años. El principal factor de riesgo es el tabaco, aunque también influyen la obesidad y la hipertensión arterial.
Dependiendo del tipo de tumor a tratar, localización y grado de afectación la nefrectomía se llevará a cabo de forma:
- Parcial: extirpar sólo parte del riñón.
- Simple: extirpar todo el riñón.
- Radical: extirpar el riñón en su totalidad, los ganglios linfáticos de alrededor y, en la mayoría de los casos, también las glándulas suprarrenales junto con el tejido adiposo que rodea al riñón.
En el caso de la nefrectomía parcial robótica, es posible evitar el deterioro de la función renal que ocurre cuando se extirpa la totalidad del riñón. Una vez se ha removido el tumor, es necesario realizar una reconstrucción de la vía urinaria la cual se ve mejorada gracias a la cirugía robótica, evitando fugas y nuevos procedimientos como la colocación un catéter ureteral.
La cirugía robótica ayuda al cirujano a una extirpación precisa del tumor, preservar más parénquima renal, reconstruir con facilidad la vía urinaria y disminuir los tiempos de isquemia.